jueves, diciembre 10, 2015

Tequila, sal y limón






Hace días perdí
en alguna cantina
la mitad de mi alma
más el quince de propina



—Dame otro—Amber azotó el vaso sobre la barra, con su brazo tamborileando aquí y allá. El barman le sonrió, cómo enternecido y le llenó el vaso con vodka. Amber tomó todo el líquido de un trago y azotó el vaso de nuevo— ¡tequila!, dame tequila, maldición.

El barman ignoró la sucia boca de su única clienta (mujer) y le sirvió un tequila con sal y limón, Amber ignoró tanto la sal cómo el limón, dio un trago a su bebida y suspiró.

— ¿Cuán feliz eres de ver un montón de gente llena de caca? —tenía la mirada baja así que el barman no contestó, cuándo ella subió la mirada y estancó sus enrojecidos ojos café, él supo que esperaba una respuesta.

— ¿Llenas de caca? —repuso— ¿estás llena de caca?

Ella se inclinó hacia atrás levemente, con una expresión sorprendida en su linda tez de borracha, se bolseó la gran gabardina que traía puesta y negó diez veces.

—No, no, no caca-caca—aclaró—caca de “me dejaron y doy pena”, caca de “me engañaron”, caca de “estoy muriéndome de dolor”.

Él la miró detenidamente y pudo notar cómo sus ojos se volvían acuosos y se desenfocaban de la escena frente a ella.

— ¿Estás llena de esa caca?, de esa no caca-caca, ¿te dejaron y das pena?, ¿te engañaron?, ¿estás muriéndote de dolor?

Ella lo miró fijo de nuevo, y él se sintió loco cuándo las facciones de ella parecieron sobrias de momento, hasta que segundos después tiró la cabeza sobre la barra y comenzó un berreo de borracha.

— ¡Sí! —gritó a través de sus manos, de su pelo que impedían la vía a su ya de por si ronca voz— ¡si me dejaron!, ¡si doy pena!, ¡si me engañaron! ¡y sí, me muero de dolor!

Él escuchó el lloriqueo pacientemente, dos años en el puesto de barman en un bar nocturno en medio de Seúl no eran cualquier cosa. Acostumbrado ya y curado de sustos ante asaltos, peleas, estafas y por supuesto, señoritas berreantes y vergonzosas.

Se dio la vuelta y comenzó a secar vasos y copas, poco después el lloriqueo bajó de intensidad y la voz femenina enronquecida por el alcohol y el llanto sonó nuevamente.

—Él era cómo un príncipe ¿sabes?, por mucho tiempo pensé que él me dejaría, pero justo, justo cuando empecé a creer en nuestra relación él…él…—y el llanto reinició.



No es que sea el alcohol
la mejor medicina
pero ayuda a olvidar
cuándo no ves la salida



—Aquí. Toma y cállate—ella tomó el vaso y apuró el contenido, él le sirvió otro—emborráchate, intoxícate y no pienses en ese idiota, ¿okay? —le mostró la seña de ok con su mano derecha mientras con la otra tomaba otro vaso.

—Ok—le imitó ella.



Quince minutos después ella sacó su celular y comenzó a mover sus fríos y entumidos dedos sobre la pantalla.

— ¿A quién vas a llamar?

—Al imbécil.

James suspiró, con una expresión contrariada en el rostro. Había sido testigo de miles de dramas románticos, de miles de chicas que se avergonzaban a sí mismas llamando a ex parejas. Chicos también, pero las chicas se llevaban la peor parte. Cuándo sopesó la posibilidad de hacerle un favor al mundo y cortar la llamada que ya había iniciado la chica, la voz carraspeante sonó.

—Kris, maldito.

Y se supo derrotado en la intención.



Hoy te intento contar
que todo va bien aunque no te lo creas
aunque a estas alturas
un último esfuerzo no valga la pena



Los minutos pasaban y ella no gritaba, ni siquiera levantaba la voz, James dejó ir sus ojos de su trabajo para mirarla hablar por el móvil, tranquila y serena, el aspecto claramente intoxicado y los ojos rojos la delataban, pero nada más. Los labios bonitos se movían, diciendo palabras que a pesar de estar cerca, él no podía oír. Decidió acercarse más, mientras secaba el mismo vaso por tercera vez.

—Yo…no podía creer que ella te hiciera más feliz que yo, más feliz, tan feliz, que tú ya no me quisieras. No. No creo que sea tu culpa—la voz llegó a él de nuevo, las palabras a trompicones, desesperadas por sonar coherentes y sobrias—mira Kris—repuso ella,  haciendo ademanes con su mano libre—estoy llena de caca ¿okay?, llena de mierda gracias a ti, así que creo que me merezco mucha, mucha consideración.

James se preguntó si el tal Kris pensaba que la chica hablaba literalmente. Esperaba que no.

—Yo te di cuánto pude, eso claramente no fue lo que tú querías…no, no estoy culpándome, ambos sabemos que eres un patán de mierda—James sintió una carcajada burbujear en su pecho justo cómo el vodka que estaba sirviendo—yo di todo, todo y más, a ti eso no te gustó, no te gustó nada, no lo quisiste y decidiste que no era para ti, está bien Kris, yo entiendo. Lo que tengo no es para cualquiera. Lo único que me lastima…lo sabes ¿no?

La charla se detuvo, ella sostuvo su móvil contra su oído medio minuto más, entonces dijo “si”, y colgó.



Hoy los buenos recuerdos
se caen por las escaleras
y tras varios tequilas
las nubes se van
pero el sol no regresa



James quería preguntar, pero no sabía si lo que oiría sería coherente o no, de cualquier manera pasados veinte minutos y dos vasos más de tequila (uno era vodka, pero ella no lo notó), Amber inhaló cuándo cabía en su pequeño y borracho cuerpo, luego exhaló con una frase.

—Él sabe. El bastardo sabe lo que ha hecho mal—y miró a James bien, directo a los ojos, con un tino impresionante tomando en cuenta lo borracha que debía estar. Sonrió—eso es suficiente…eso me hace feliz. No soy la única llena de caca, él tiene un poquito, un poquito así—mostró su dedo índice y pulgar a dos centímetros de distancia—y eso…eso está bien para mí.

James no entendía nada, aun así sonrió correspondiendo los labios delgados cubiertos de sal, limón y tequila, de cierta forma aliviado de saberla mejor que antes.

Tal vez no con menos caca, pero si con mejor ánimo. Intoxicada, desarreglada y fuera de casa en un bar sin nadie al lado pero, con mejor ánimo.
















—Amber—Liu abrió los ojos ante el sonido de su nombre—despierta, ya llegaron por ti.

Amber se incorporó en el banquillo, sintió su cuello y espalda crujir mientras una intensa recién nacida resaca golpeaba contra sus sienes.

—Lamento mucho haberlo molestado, ella nunca había hecho esto antes—Amber creyó reconocer la voz de Victoria, la voz preocupada y maternal que últimamente escuchaba a menudo.

—No pasa nada. Hoy no fue una noche ocupada, así que cuidarla no fue difícil, no se preocupen.

—Muchas gracias por llamarnos—llegó la voz de ZhouMi—estábamos muy preocupados.

—No pasa nada.

—Vamos Amber, levántate—sonó de nuevo Victoria mientras una mano tomaba el brazo de Liu instándola a erguirse—vámonos ya.

Amber se paró sobre sus propios pies no supo cómo, y los brazos tanto de Victoria cómo de ZhouMi la auxiliaron en la momentáneamente desconocida habilidad para caminar sin que el piso se mueva.

—Vámonos—apuró Song.

— ¡Esperen! —llamó una voz sin nombre pero que definitivamente Liu había escuchado antes—toma, guárdalo.

Amber sintió que alguien deslizada algo entre sus dedos y entonces, su noche acabó.


 
Es la mejor solución
para el dolor de cabeza



Despertó con la cabeza pesada, con los recuerdos de la noche anterior en modo de resaca, sintiéndola en la boca, el cuerpo y el espíritu.

Se recostó, lanzando un gran suspiro lleno de arrepentimientos con olor a limón.
Su móvil sonó desde su lugar en la mesa de noche, gruñendo se estiró y lo tomó. 

Un mensaje.



Kris.
Quiero que sepas que lo siento. Ni siquiera tuve que pensarlo detenidamente, tengo los sentimientos que tengo y no hay nada que pueda hacer al respecto, pero bajo ninguna circunstancia debí herirte. Lo lamento mucho.



Los resecos labios de Amber se abrieron y sus ojos aumentaron de tamaño, no podía creerlo ¿qué pasaba allí?, su ex novio reconocía su error y mostraba al fin algo de compasión hacía ella, Amber recordó desear inmensamente aunque sea una bendita disculpa después de que él desgraciado le jugó sucio, pero nunca la creyó posible.

Kris era un imbécil que pensaba que él mundo giraba alrededor de él, y que él tenía derecho sobre todo y todos. ¿Qué demonios?

Revisó sus llamadas recientes y oh oh, había llamado al imbécil por más de quince minutos (adiós saldo del móvil, adiós), luego una llamada rápida de tres minutos al número de Victoria, y la última llamada la más reciente, había sido hecha a un número que Amber no reconocía y que estaba guardado bajo el nombre “James”.

Amber no conocía a ningún James, Amber ni siquiera gustaba del nombre James, Amber no…oh.

El barman.

El barman estafador que intentó hacerle pasar vodka por tequila creyendo que estaba ya muy borracha cómo para notarlo, y que le dio limones ridículamente pequeños, el maldito barman…

Se volvió y un tintineo sonó contra el metal de su cinturón, al moverse sobre la cama notó algo cristalino. 

Era un vaso. Un caballito. Un vaso para un one-shot.

Adentro había una nota rápidamente garabateada, la pescó con los dedos y leyó.



Aquí tomaste tu tequila esta noche (y algo de vodka), ten, te lo doy. Leí una vez que después de la noche más miserable, sólo queda felicidad así que no pierdas este vaso, es tu fortuna, bebe de él hasta que tengas 100 años.
Llámame cuándo lo hagas.
James.



Y tras varios tequilas
las nubes se van
pero el sol no regresa



Arrugó la nota entre su mano cuándo un dolor repentino le golpeó la cabeza, aun así pudo sonreír entre el dolor y sintió la sal y el limón sobre los labios cuándo se los mordió.










El sol no regresa, de La 5a Estación.

martes, febrero 24, 2015

She wants a boyfriend

Amber de Fx nos comparte "¡realmente quiero tener novio!".

Kris bajó el periódico.

Durante dos minutos, lo único que había hecho era mirar la noticia, y leerla una y otra vez. 

No era algo extraño, Amber tenía 22 años y no era la primera idol en expresar deseos por salir con alguien. El problema era...

Tomó su teléfono celular, sus dedos se deslizaron con rapidez para escribir un mensaje dirigido al contacto con el nombre lovely llama.


¿Que tanto estás diciendo a los medios?, tu hombre está aquí.

Lo mandó con rapidez, sin darse mucho tiempo a pensar en más.

Pasaron los minutos, cuándo de pronto su teléfono comenzó a vibrar.

Era ella.

—Hola.

—Llamo porque creo que tienes mucha curiosidad sobre mis 3 deseos para este año.

El corazón de Kris se aceleró, la voz de Amber era dura, pero aún así, era su voz.

—Realmente quiero un novio, quiero la sensación de salir con alguien de nuevo.

Antes de que Kris pudiera intervenir, ella continuó.

—Y no estoy interesada en compartir a mi novio, quiero uno sólo para mí.

Y colgó.

Entonces Kris se permitió entender todo, entender que ella lo sabía todo sin necesidad de que él le explicara nada, de que ella era así, de que era capaz de dejar ir a su ex-novio con frialdad pero cordura, amabilidad y sencillez.

Que ella no era cómo las demás chicas, que ella no iba a montarle un teatro y preguntarle que había hecho mal.

Que ella era especial, él lo sabía.

Pero ella también, y a pesar de que ella lo quería, también se quería demasiado a sí misma cómo para dejar que él la lastimará.

Por esa razón, lo dejó estar.

Y no volvió a llamarla.

No la buscó.

No más.

jueves, diciembre 26, 2013

It's the end of something that never existed

Ni siquiera puedo recordar por qué razón lo amaba.
Conforme vacío todo, los recuerdos vienen a mí.
Los nombres, las fechas, los momentos que desearía olvidar para siempre, ¿por qué sólo recuerdo las cosas feas?, las desagradables.
Tal vez nunca hubo realmente un momento feliz.
Es mi pasado, pero yo nunca estuve allí.
Quién estuvo allí, fue una niña asustada, que no sabía quién era y que siguió a las personas incorrectas, personas que nunca la aceptaron tal cómo era, personas que nunca la quisieron realmente.
¿Quién quiere realmente, a esa edad tan impura?, tan movible, intercambiable.
¿Quién?

Creo que soy realmente leal... si no me lastimas.

Si te estoy abandonado, ¿por qué será?
Es porque nunca estuve contigo, no realmente.
Eras tan magnifico, con una perfección inigualable, una perfección que hacía que los demás te amaran, pero lo único que ocasionaba en mí, era asfixia.
Quienes nos veían juntos, seguramente pensaban que se trataba de una broma, ¿por qué otra razón estarías conmigo?
Había veces en que realmente creía que me valorabas, pero luego, tan rápido cómo cruel, lo único que podía ver de ti, era tu espalda. Desaparecías lentamente, te alejabas, y me quedaba sola, sin saber qué hacer.
Hiciste un montón de promesas dulces, y yo quería creerlas, pero ya no podía. Comenzaba a sentirte lejano, y la tristeza me comía, con lentitud, saboreando mis carnes frágiles y patéticas.
¿Por qué fuiste así conmigo?, ¿por qué no pudiste quererme con sinceridad?
Éramos jóvenes, y teníamos miedo.
Pero aun así, no puedo recordar ni una sola vez en la que yo te haya herido a ti.
Y tú me heriste a mí, todo el tiempo.
Trato de no pensar en ello, porque soy mayor, porque los años continúan y ya no te he visto, porque sé que probablemente soy la única que está sufriendo por cosas que pasaron hace tanto tiempo.
No quiero recordar pero, a veces, es inevitable. Cuándo sin querer escucho tu nombre, aunque en otra persona, cuándo se emula algo que tú hacías, o algo en lo que estabas inmiscuido.
Quiero olvidar todo. Quiero destruirlo. Quiero no poder recordarte nunca más, porque sigo torturándome, pensando que no fui suficientemente buena, que la razón por la que no pudiste amarme, fui yo misma, quién era muy poco para ti.
Si pudiera, rompería la parte de mi vida dónde tú apareces, de principio a fin, no quiero ni poder distinguir tu cara, ni tu nombre, ni el número de tu celular, o el color natural de tu pelo.
Quiero alejarme de ti.
Sólo eso.