—Hey…
Henry se inclinó para verle la cara, Amber bajó
el rostro aún más, sin embargo las lágrimas seguían cayendo de sus ojos. El
rímel comenzó a correrse.
— ¿Amber? —Amber reconoció la preocupación en
la voz de Henry.
Se deseó buena suerte y procedió a limpiarse la
cara con una de las mangas largas de su sudadera con rapidez para luego ver
cara a cara a Henry.
—Hey, violin boy—saludó, con la mejor de las
sonrisas que pudo haber hecho en una situación así.
Pero Henry no imitó su sonrisa. Achicó aún más
los pequeños ojos y apretó la boca.
— ¿Qué pasa?
Amber sintió su estomago retorcerse y su
garganta cerrarse ante la diminuta pregunta.
— ¿Qué pasa?, ¿por qué lloras?, ¿a quien tengo
que golpear?
Henry sacudió por el hombro cariñosamente a
Amber.
Amber le sonrió en agradecimiento.
Lo miró desde abajo, con las lindas pestañas
mojadas y lágrimas en los pómulos.
Tocó el espacio en el suelo junto a ella.
Henry se sentó, entendiendo el gesto.
—Me siento fuera de lugar.
De los labios de Amber, no era la primera vez
que Henry había escuchado aquello. Pero jamás las lágrimas habían acompañado a
esas palabras.
Y hasta ese momento, Amber había estado
orgullosa de decir que ella había visto más veces a Henry llorar que él a ella.
Las cosas habían comenzado a emparejarse poco a
poco.
— ¿Y ahora por qué?, ¿otra estúpida niña de
otro grupo te miró mal por no llevar una falda hasta medio muslo cómo ella?, ¿o
es que algún chico que te gusta escogió cómo chica ideal a alguien más?
Henry chocó su hombro contra el de Amber.
Porque estaba bromeando.
Conocía a Amber lo suficiente cómo para saber
que cosas así no le importaban en lo absoluto. Y mucho menos la harían llorar.
Lo que pensará una chica de cualquier otro
grupo no le interesaba. Y no había ningún chico que a Amber le gustara. Al
menos no uno a quien no le gustara ella también.
Amber recargó su cabeza en el hombro de Henry y
Lau la rodeó con un brazo.
—Cuando estoy en LA, todos me ven cómo alguien
de aquí. Una chica asiática que está acostumbrada a la vida americana, pero que
tiene un hogar aquí, en Corea. Pero Henry—bufó, entre una risa irónica—soy
china, no coreana. Y ni siquiera sé hablar chino por completo, y mucho menos
coreano. Cuando estoy allá, me ven cómo alguien de aquí. Y cuando estoy aquí,
creen que me siento cómo alguien de allá.
Amber estrujaba sus dedos entre sus manos con
nerviosismo. Henry masajeaba su dedo anular contra la espalda de la menor.
—Siento cómo si no perteneciera a ningún lado.
El silencio reinó entonces.
Henry sabía que no tenía que decir nada. Amber
era ese tipo de persona, que no necesitaba palabras, consejos o ánimos, el
simple hecho de estar allí escuchándola era suficiente.
Se inclinó hasta besarle las sienes, Amber
suspiró con fuerza y se acercó más a él, pero fue cuando ella se escondió en su
cuello, que Henry se dio cuenta de cuan lastimada se sentía Amber.
No importa lo que él pensara. Las cosas quizá
eran así.
Que ella no pertenecía a ningún lugar por
completo. Que no encajaba.
Sintió tristeza por su dulce niña. Él no podía
hacer nada para cambiar las cosas.
Tomó una mano de Amber y la colocó sobre su
corazón.
‘Bom, bom’
Amber se incorporó un poco y lo miró a los
ojos.
Henry se preparó para decir una de las líneas
más cursis de toda su vida.
—Perteneces aquí—dijo, apretando la mano de Amber
contra su corazón emocionado—eres mía, y este es tu lugar. No necesitas nada
más. Encajas perfectamente.
Amber primero lo miró estupefacta, mas luego
sonrió y Henry sintió una oleada de alivio.
Amber no se había burlado de lo romántico y
cursi que era, lo cual significaba que esta vez, ella de verdad necesitaba algo
cómo eso.
Se sintió orgulloso de haber elegido las
palabras correctas para animar a su novia, y fue recompensado cuando ella le
besó en los labios por más de diez minutos.
Si. Amber no tenía porque sentirse fuera de
lugar.
Porque él siempre la tendría resguardada en su
corazón, para que nadie pudiera dañarla.
Nunca.
Hoy —mejor dicho; actualmente—, me
siento así.
Tan fuera de lugar, tan triste. Siento que no
encajo en ningún lado.
Y creo que para Amber debió haber sido muy
difícil.
Vivir en LA mucho tiempo, luego hacer una
audición, pasarla y tener que viajar a Corea a aprender un nuevo idioma y
entrenar para ser un idol.
Aunque afortunadamente, en realidad Amber si pertenece a LA. Nació allí. Vivió allí toda su niñez y gran parte de su adolescencia. Ese es su hogar.
Y supongo que en lugar de sentirse cómo alguien que no encaja en ningún lado, ella debió haber sentido el deseo de huir a casa en algún momento.
En algún momento lleno de nostalgia, dónde sólo quieres esconderte bajo el edredón de tu cama.
Si, algo así.
Si, algo así.
Se siente muy real el sentimiento. No sé si sea más tuyo que de Amber, pero yo lo sentí muy real. Hay momentos, en los que nos sentiremos fuera de lugar, pero creo que siempre habrá una luz de esperanza que nos saque de esa tristeza. No te deprimas, y mira lo maravilloso de la vida, aunque sea difícil y hayas tenido un día gris y nubloso, agradece por haber visto un nuevo día, creo que entiendes lo que quiero decir; tarde o temprano, encontrarás ese lugar que te dará estabilidad y paz, no desesperes (: Lo siento si piensas que he hablado sin saber o sin sentido, metiéndome sin ser llamada, pero he querido decirlo. Ánimo y sonríe (: Bonito escrito.
ResponderEliminar:') me hiciste llorar! En serio sobretodo con la respuesta de Henry. Ojalá algún dia me digan algo tan bonito. Y tranquila no eres la única en sentirse así, la mayoría pasamos por eso cuando estamos buscando nuestro lugar en el mundo. Asi que ánimo! No desmayes :) Pronto lo descubriras
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