jueves, agosto 22, 2013

¿La cintura?, ¡sólo yo!



—Bien—dijo Henry, con el ceño fruncido—entonces, ¿no vamos a ir a ningún lugar?

—No—respondió Amber, y JongHyun hizo un puchero contra su hombro—Dino-oppa dice que prefiere que hagamos algo aquí. Ayer tuvo un concierto y está algo cansado.

Henry no habría tenido problema con eso, no. Él era un chico muy considerado. Pero oh-oh. JongHyun estaba tocando a su novia, a su chica, por la cintura. Tenía las palmas apoyadas contra la cintura de Amber por detrás, podía notarlo a pesar de la gran playera que llevaba Amber, y tenía además, la barbilla contra el hombro de Liu, mostrando la cara cómo si no estuviera haciendo nada indecente.

—Pero Amb—arremetió, con aquel apodo del cuál personalmente se aseguró, él era el único en llamar a Amber—yo tenía planeadas ya un montón de cosas fuera.

Mentira. Él también había tenido un concierto ayer, en Japón, y había estado tan ocupado con todo que no logró preparar nada para aquel día libre en conjunto que tenían planeado desde hace tanto.

Amber hizo una mueca resignada y casi melancólica.

—Lo siento Henry. Yo también estoy algo cansada.

¡Mentiraa!, Henry sabía que Amber, en términos simples, no había hecho nada agotador el día anterior, seguro que tenía el depósito de energía a tope, pero se negaba a salir porque tenía encima a aquel vocalista principal de Shinee con cara de dinosaurio y ánimos agotados.

¡Mierda!, ¡mierda!, ¡mierda!

JongHyun hizo un ruidito, una queja infantil digna de un bebé.

— ¿Qué pasa oppa? —preguntó Amber, haciendo que el ceño de Henry se frunciera más; Amber se negaba a llamarlo a él “oppa”, pero no tenía reparo en llamar así a alguien más frente a su cara.

—Me siento aún más agotado—y lanzó un bostezo, y sus manos viajaron alrededor de la cintura de Amber, por completo, la rodearon, y se encontraron en un punto dónde JongHyun las entrelazó. Así que se podía notar el contorno real de la cintura de Amber, con la playera arrugada ya que JongHyun la abrazaba con fuerza…

Eso fue suficiente para él.

Con apenas un movimiento, jaló a Amber hacia sí halándola del brazo. Sin mucha fuerza, pero con determinación. Amber, tomada por sorpresa, chocó contra su pecho y Henry la cubrió con sus brazos, tomó las llaves de la camioneta de Amber que yacían esperando en la repisa y regaló a JongHyun una mueca presuntuosa y altanera.

—Lo siento Jong—comenzó—pero me temo que reserve en un restaurante muy prestigioso, y no quiero dejarlo pasar—y antes de que Kim ofreciera acompañarlos, cosa que Henry sabía iba a hacer, agregó; —me temo también que sólo reserve para dos personas así que, nos vemos luego.

Con una sonrisa torcida y casi maquiavélica, Henry cerró la puerta, dejando a Kim JongHyun estupefacto, pero aún con el tacto de la cintura de Amber en las manos, para disgusto de Henry.










Amber examinó el manjar, le dio vueltas en sus manos con las cejas alzadas, y cuándo terminó su inspección, frunció las cejas y miró a Henry, quién comía con entusiasmo.

— ¿Es este un restaurante elegante dónde se tenga que reservar con anticipación, según tú?

Henry masticó bien su bocado y se limpió la boca —quizá más lento de lo normal—, antes de responder.

— ¿No es eso lo que es?

Amber entrecerró los ojos, sin creerse lo que Henry decía, ladeó su cabeza y Henry miró hacía el lugar que ella indicaba; el logo de Burger King pegado a una de las ventanas, una gran estampa en realidad, obstruyendo un poco la vista hacía afuera.

—Por favor, Lau—replicó ella, con un tono casi cansino—explícate o le diré a SM que se equivocó en los resultados de tus exámenes mentales.

Henry chistó, algo molesto por el comentario, aquellos exámenes habían sido muy incomodos para él y Amber amaba hacérselo recordar. Miró hacía abajo, hacía su hamburguesa mordida y sus papas fritas calientes.

Sopesó sus opciones, unas diez veces antes de que Amber le apremiara con un “estoy marcando el número de Lee SooMan-sshi”, amenaza que resultaba ridícula ya que Amber tenía el número del empresario guardado en su celular, no había necesidad de marcar ningún número, sino sólo pinchar el botón “llamar” y así…

Bueno…

—Me dieron celos de JongHyun. No me agrada que te abrace así, y podrás decir que no es cierto, pero él siempre, cada que puede, busca tener un contacto físico contigo, por pequeño que sea.

Amber sólo miró a Henry a través de sus bonitos ojos delineados sin decir nada, Henry suspiró y siguió comiendo.

Luego de un rato, Liu por fin habló. Y lo hizo con un tono tranquilo, comprensivo, y conmovido.

—No voy a dejar que me abrace así, ¿de acuerdo?, creo que exageras porque JongHyun-oppa es cómo un hermano para mí, pero si te mantiene feliz, no dejaré que me abrace así—y comenzó a comer su propia hamburguesa, Henry por el contrario detuvo el deguste de la suya.

—Bien, entonces no abrazos por la cintura—afirmó, cómo para estar seguro.

—Si. No abrazos por la cintura—repitió Amber, asintiendo con la cabeza y llevándose una papa frita a la boca.

Henry se quedó satisfecho por un momento, y siguió comiendo, pero luego le atenazó una inquietud y de inmediato la expuso.

— ¡Espera, espera!, tampoco besos ni nada así ¿eh?

Amber se sintió casi ofendida, mas la expresión sinceramente aterrada de Henry la hizo reír. Tomó una papa frita de su plato y la introdujo entre los labios regordetes de su novio.

—Por supuesto que no, idiota.

Henry se comió la papa frita y se regocijo una vez más en satisfacción. Notó entonces que Amber estaba cediendo a sus caprichos con mucha facilidad, así que cuándo hubo terminado su bocado se aclaró la garganta y se inclinó más hacía su novia.

—Llámame “oppa” —demandó, con la voz más sexy que tenía en su repertorio.

Amber abrió los labios ligeramente, tomada por sorpresa, Henry creyó que ya la tenía, sólo faltaba notar el sonrojo en sus lindas mejillas y…no, la mueca que prometía ser avergonzada se convirtió en una mueca burlona, los dedos de Amber buscaron un montón de papas fritas que introdujo luego a la boca de Henry, de nuevo.

—Ni loca.

Se ahogó en decepción y siguió comiendo.










—Espera aquí—pidió Henry, y fue de inmediato a la casa y verificó con rapidez que estuviera vacía, Amber esperó en la camioneta, preguntándose cómo terminó enamorada de alguien tan extraño.

—Bien, todo en orden—anunció Henry cuándo estuvo de regreso, con la sonrisa que tendría un niño luego de regresar de la feria.

—Te dije que JongHyun me mandó un mensaje diciendo que ya se había ido, no había necesidad de revisar—Amber bajó de la camioneta y caminó hacía Henry.

—Siempre es bueno asegurarse—dijo únicamente Henry.

Amber no respondió nada, y ambos se quedaron callados. Unos cuantos grillos arrullaban el manto negro de la noche, las luces de la ciudad estaban todas prendidas y el ruido de algunos autos, tenue y casi agradable se oía desde lejos. 

Amber tendría la casa para ella sola esa noche, y el día siguiente. Las chicas habían ido a visitar a sus familias y cómo se trataba únicamente de dos días de descanso, Amber prefirió quedarse.

Pero Henry sabía cuánto habría querido ir a casa, aunque sea unas horas.

Suspiró livianamente, y atrajo a su novia a sus brazos. Le rodeó los hombros y empujó la dulce cabeza a la curva de su cuello, Amber pronto le correspondió rodeándole la cintura.

—Buenas noches. Duerme bien. Voy a venir mañana en la mañana a verte. Si eres lo suficientemente perezosa tal vez tenga que usar mi llave de repuesto. Y si es así, te haré un buen desayuno, un gran desayuno. Pan tostado, huevos, y jugo. ¿Qué te parece?

Amber respiró contra el cuello de Henry, regocijándose en la dulce voz, en las tiernas palabras. Sus manos se apretaron aún más contra el cuerpo de su novio, y sus deseos emergieron cómo nunca.

—Quiero que te quedes aquí. Que me digas buenas noches justo antes de quedarme dormida. Que me cantes hasta que cierre los ojos. Que despiertes al mismo tiempo que yo. Que no tengas que usar tú llave de repuesto, y si, quiero ese gran desayuno.

Henry se quedó tieso por un momento, cerró los ojos, y sonrió.

— ¿Despertar al mismo tiempo?, además de cursi, ¿no es eso imposible?

Amber sonrió, con un amago de carcajada en los labios, llevó una de sus manos al pelo de Henry y lo acarició cariñosamente, perdiendo los dedos entre las hebras negras.

—Hay que intentarlo.

Y antes de que Henry respondiera cualquier tontería, ella se puso de puntillas y lo besó, en los labios, tiernamente, castamente, con el sabor de las hamburguesas y las papas fritas en la lengua, y la sensación de amor en el corazón.

Él le correspondió el beso y bajó las manos hasta su cintura. La abrazó, cómo sólo él podía, desde ese mismo día.










 Pensé en esto debido a esta foto:♥



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